Este documento presenta una introducción al pensamiento sistémico. Explica que el pensamiento sistémico permite ver las interrelaciones y patrones de cambio en sistemas complejos en lugar de verlos como elementos aislados. Describe que la realimentación y los retrasos son conceptos clave, y que la realimentación puede ser reforzadora u equilibradora. El pensamiento sistémico ofrece una forma de entender situaciones donde las causas y efectos no son obvios.
1. LA QUINTA DISCIPLINA Cambio de enfoque Jorge Iván Muños Hernández Estudiantes De Ingeniería De Sistemas y Computación Integrante Grupo de Estudio Dinasi∫ Universidad Del Quindío Armenia 2009
2. VER EL MUNDO DE NUEVO Por alguna razón, a todos nos gusta armar un rompecabezas, nos gusta ver surgir la imagen de la totalidad. El pensamiento sistémico es una disciplina para ver totalidades. Es un marco para ver interrelaciones en vez de cosas, para ver patrones de cambio en vez de “instantáneas” estáticas.
3. VER EL MUNDO DE NUEVO La complejidad puede desgastar la confianza y la responsabilidad. “es demasiado complejo para mí” o “no puedo hacer nada, es el sistema”. El pensamiento sistémico es el antídoto para esta sensación de impotencia que sienten muchos mientras ingresamos en la “era de la interdependencia”. El pensamiento sistémico es una disciplina para ver las “estructuras” que subyacen a las situaciones complejas
4.
5. Cuando una acción tiene un conjunto de consecuencias locales y otro conjunto de
8. La mayoría de los “análisis de sistemas” se concentran en la complejidad de detalles, no en la complejidad dinámica. Las simulaciones con miles de variables y complejos despliegues de detalles nos impiden ver patrones e interrelaciones. Para la mayoría de la gente el “pensamiento sistémico” significa “combatir la complejidad con la complejidad”, diseñando soluciones cada vez más “complejas” (“detalladas” es la palabra atinada) para problemas cada vez más “complejos”. Esta es la antítesis del genuino pensamiento sistémico. COMPLEJIDAD DINÁMICA
9. La práctica del pensamiento sistémico comienza con la comprensión de un concepto simple llamado feedback o “realimentación”, que muestra cómo los actos pueden reforzarse o contrarrestarse (equilibrarse) entre sí. Se trata de aprender a reconocer tipos de “estructuras” recurrentes. El pensamiento sistémico ofrece un rico lenguaje para describir una vasta gama de interrelaciones y patrones de cambio. COMPLEJIDAD DINÁMICA
10. CIRCULOS DE CASUALIDAD La realidad está constituida por círculos pero vemos líneas rectas. Aquí radica el comienzo de nuestra limitación como pensadores sistémicos. Nuestro pensamiento surge del lenguaje. El lenguaje modela la percepción. Lo que vemos depende de cómo estemos preparados para verlo.
11. Todas las atribuciones causales que hacemos en nuestra lengua cotidiana son muy sospechosas. La mayoría están encastradas en visiones lineales. En el mejor de los casos, tienen una precisión parcial y tienden inherentemente a describir partes de procesos recíprocos, no los procesos enteros. CIRCULOS DE CASUALIDAD
12. Es preciso habituarse a ello. Estamos atascados en un lenguaje lineal para describir nuestra experiencia. Los enunciados sobre causalidad y responsabilidad nos resultan familiares y cómodos. COMO NO ES PRECISO RENUNCIAR AL ESPAÑOL PARA APRENDER INGLÉS CIRCULOS DE CASUALIDAD
13. Refuerzo y equilibrio de la realimentación y las demoras: los ladrillos del pensamiento sistémico Hay dos tipos de procesos de realimentación Refuerzo Equilibrio Los procesos de realimentación reforzadora (o amplificadora) son los motores del crecimiento. Cuando estamos en una situación donde las cosas crecen, está operando la realimentación reforzadora. La realimentación reforzadora también puede generar la aceleración de la decadencia.
14. Refuerzo y equilibrio de la realimentación y las demoras: los ladrillos del pensamiento sistémico La realimentación compensadora (o estabilizadora) opera cuando hay una conducta orientada hacia las metas. Si la meta consiste en no moverse, la realimentación compensadora actúa como los frenos de un coche. Si la meta es moverse a noventa kilómetros por hora, la realimentación compensadora nos acelera hasta noventa por hora, pero no más. La “meta” puede ser un objetivo explícito.